
Título: Sadako vol viure. (Sadako Will
Leben)
Autor: Karl Bruckner
Idioma original: Alemán
País: Austria
Editorial: Pòrtic
Primera Edición: 1982
Traducción: Manuel
Franquesa
Número de páginas: 219
Género: Novela Histórica
ISBN: 8473062973
Sinopsis:
“Sadako, con apenas cuatro años, ve cómo
estalla en Hiroshima la bomba más letal jamás inventada, sembrando una estela
de muerte y destrucción por doquier. Ella se ha salvado. De momento. Pero su
lucha no ha hecho más que comenzar. Va a necesitar un ejército de grullas de
papel para seguir adelante...”
Algo que
decir:
Hace mucho que
quería leer éste libro, pero no voy engañar: los hechos acontecidos en Japón
unas semanas atrás despertaron de nuevo mi ¿curiosidad? sobre el tema. La
crisis nuclear desatada nuevamente en tierras niponas me recordó
irremisiblemente a la que ya se vivió tantos años atrás con las explosiones de
Hiroshima y Nagasaki, y fue a su manera una suerte saber que el libro en
cuestión estaba en casa de mi abuela, así que me hice con él y aquí estamos.
Sadako vol viure (yo lo
leí en catalán) narra la historia de Sadako, pero no sólo la suya; cuenta un
pequeño fragmento de la vida y muerte, de los sueños e ilusiones de gentes que
se vieron carbonizados por una bomba de una letalidad inimaginable, cuya
explosión impulsó la rendición definitiva de Japón y el fin de la segunda
Guerra Mundial.
Sadako Sasaki
tenía dos años cuando cayó la bomba sobre Hiroshima; los efectos de la
radiación no se manifestaron en ella hasta diez años después, en forma de
leucemia que terminaría con ella pocos meses más tarde. Durante su enfermedad,
una amiga suya llamada Chizuko Hamamoto la
animó a hacer 1000 grullas de papel, siguiendo la leyenda nipona según la cual
si uno fabrica 1000 grullas de papel los dioses le concederán un deseo.
Figuraba que si Sadako conseguía completar ella sola esta empresa sanaría; 664
fue el número de pájaros que consiguió terminar. Tras su muerte, sus amigos y
compañeros de clase terminaron las grullas restantes hasta llegar a 1000.
En
1958, en el Parque de la Paz de Hiroshima,
fue erigido entre muchos otro el Monumento
de los Niños, financiado por millones de estudiantes japoneses en recuerdo
de todos los niños muertos por la bomba y sus efectos posteriores; una figura
en bronce que representa a Sadako Sasaki, convertida en símbolo de la lucha de
los supervivientes de la catástrofe, corona la construcción en forma de bomba
sosteniendo en sus manos un grulla dorada. Su placa conmemorativa reza:
"Que descansen en paz todas las almas
que aquí yacen; pues no repetiremos esta atrocidad"
El
plural que menciona esta inscripción nos incluye a todos y a cada uno de
nosotros, a toda la humanidad.
A raíz
de la experiencia de Sadako y de sus historia de las 1000 grullas, que ha
recorrido todo el mundo, las grullas de papel son ahora más que nunca símbolo
de paz en Japón. Siguen llegando todavía hoy día millones de aves de papel al Parque de la Paz como señal de apoyo a
éste mensaje.
Dejando
un poco de lado los hechos verídicos en que se basa la novela que nos ocupa: la
adaptación parece no ser todo lo fiel que debiera. Y digo “parece”, porque me
ha sido imposible contrastar la información de forma suficientemente fiable...:
fuentes externas aseguran que Sadako tenía 2 años cuando cayó la bomba, y 12 al
morir mientras que en la novela de Karl Bruckner se dice que tenía 4 y 14
respectivamente; figura también que ella sólo llegó a completar 664 grullas de
papel, y que la idea de fabricarlas se la dio su amiga y compañera de clase
Chizuko Hamamoto, mientras que aquí se dice que Sadako murió tras completar la
990’ena grulla y que fueron sus padres y hermano quienes la animaron a empezar
con el proyecto de las aves de papel. Todo es un poco confuso, y fiable sólo a
medias, supongo que tratándose también de un libro traducido tantas veces, y a
partir de tantos idiomas, la información se ha tergiversado por el camino...
también puede que simplemente Bruckner no estuviera suficientemente bien
documentado al respecto de ciertos detalles, o que sean otras fuentes las que
no son lo suficientemente certeras.
El
caso, lo importante, es que la historia de fondo es una de esas que DEBE ser
conocida, ya sea a partir de la lectura de ésta novela, cualquier otra
adaptación de la historia (que las hay), o por otras vías. El terror de
Hiroshima y Nagasaki no debe quedar en el olvido, para que masacres como éstas
nunca vuelvan a repetirse.
Para hacer boca
(fragmento extraído de una página al azar):
“...
El
coronel Tibbets miraba ceñudo, con expresión de loco, el terrible hongo de humo
y llamas. Concibió la idea de que estaban presenciando la más horrenda de las
catástrofes que jamás había alcanzado a una comunidad humana. Fue el primero en
quitarse las gafas de protección, y miró hacia abajo. En lugar del conjunto de
casas de Hiroshima vio sólo una humareda marrón que se agitaba por oleadas.
Intentó explicarse qué había pasado. El Enola Gay había arrojado una bomba.
¡Sólo una! Él la había visto; apenas era mayor que una de las muchas de
quinientos kilos que, en anteriores vuelos de ataque, habían lanzado sobre
objetivos enemigos. Simplemente, tenía diferente forma y había descendido en
paracaídas en vez de bajar en caída libre. ¿Era posible que una bomba, de peso
medio nada más, hubiera aniquilado a toda una ciudad? ¡No! Era imposible. ¡Eso
no debía ser! Porque era inhumano, y porque semejante invención infernal no
podía haber sido imaginada por hombres dotados de razón. Sí, esa era la
respuesta exacta.
Pero
lo que veían sus ojos no era una imaginación: la ciudad de Hiroshima estaba
envuelta, en casi su totalidad, por el humo de la explosión.
…”
2 comentaris:
Yo había leído que Sadako murió sin terminarlas (que aún le quedaban muchas) pero que sus amigos y su familia las completaron hasta llegar a las 1000... Tampoco lo sé, porque es lo que tú dices, que no hay suficiente información para contrastar éste hecho. No sabía que hubiese un libro sobre ésto :O pero parece chulo por lo que cuentas :O
Si, a mi el libro me ha gustado mucho pero es eso: hay muchas cosas que no terminan de casar con la realidad... enfin, está bien de todos modos.
Tanto en el libro como en la realidad (supongo que lo que he leido por ahí de las 664 será más cierto que lo de las 990, porque lo pone en muchos sitios) se dice que Sadako no llegó a terminar sus grullas. En el libro no se habla del después, en plan "de quién termina las grullas, de la construccion del Parque de la Paz.. termina con la muerte de la niña. Pero en la vida real fueron sus compañeros de colegio quen terminaron las grullas, también una de ellas quien laimpulsó a comenzar a hacerlas, y el Monumento a los Niños fue financiado por estudiantes de todo japón, empezando por los compañeros de clase de Sadako.
Publica un comentari a l'entrada