Algo que Ver: The Human Centipede

dissabte, 10 de setembre del 2011



Título: The Human Centipede (First Sequence)
Año: 2010
País: Netherlands
Idioma: Inglés, Alemán, Japonés
Género: Terror, Drama, Comedia (no lo puedo evitar)
Duración: 92 minutos
Director: Tom Six
Escrita por: Tom Six
Productor: Tom Six, Ilona Six
Reparto: Dieter Laser, Ashley C. Williams, Ashlyn Yennie, Akihiro Kitamura
Música: Patrick Sagave, Holleg Spies

Sinopsis:
"Dos jóvenes americanas que viajan a través de Europa sufren, en Alemania, un accidente automovilístico. Despiertan al día siguiente en un hospital abandonado, junto a un hombre japonés. Un alemán se presenta como un cirujano retirado, especialista en la separación de siameses. Los tres nuevos pacientes serán objeto de una siniestra y enfermiza operación cuyo objetivo es la creación de un ciempiés humano, uniendo sus cuerpos a través de sus sistemas gástricos."

Algo que decir: 
Premiada como mejor película en el Fantastic Fest 2009, y seleccionada para prestigiosos certámenes especializados, incluido el Midnight X-Treme de Sitges 2009. The Human Centipede ha sido descrita como una mezcla de los estilos de Takashi Miike (saga Dead or Alive, Kakushin Ari -en España, Llamada Perdida-, Thirteen Assassins...) y David Cronemberg (The Fly, Madame Butterfly, A Dangerous Method, Cosmopolis...).

Lindsay y Jenny son dos jóvenes Estadounidenses embarcadas en una especie de ruta turística por Europa.
En su paso por Alemania, Jenny conoce a un tío que la pone al corriente de un fiestón, que se celebrará en un bar remoto de por ahí... y digo remoto, no porque el bar esté escondido (que puede, quién sabe?) sino porque las chiquitas no tienen NI IDEA de cómo llegar: guiris tenían que ser. Decididas de asistir a esa fiesta, ambas se lanzan a la aventura conduciendo al tuntún por una carretera en medio del bosque, hasta que repentinamente pinchan una rueda y, como son un poco inútiles y no saben cambiarla, se ven forzadas a dejar atrás el vehículo e ir en busca de ayuda... como ya dije: son unas chicas listas.

Tras das vueltas y más vueltas en medio del bosque (porque, ¿para qué seguir el camino... para qué?) tropiezan con una casona, y le piden al anfitrión que, "porfaplis", las deje llamar al servicio técnico de su coche de alquiler... Claro está, que menos llamar terminarán haciendo de todo. El buen hombre, que resulta ser un reputado cirujano especializado en separar siameses, las droga y esconde en su sótano dónde, contando con la (no) voluntaria colaboración de otro chaval planea hacer con ellos su siguiente gran obra: una cadena humana de tres individuos conectados por el sistema digestivo... que viene a ser: boca-culo, boca-culo. La única un poco espabilada en todo esto es Lindsay, que la lía parda un par de veces e intenta escapar de la operación, pero su acto heroico sólo le reporta el dudoso beneficio de terminar siendo el eslabón central de la cadena, conectada a la retaguardia de un japonés que también gusta de liarla parda, y dejando así a su colega a la cola del asunto.

Está bien, ya lo sé: es como la crítica menos seria de mi vida pero, qué quieren? Me parece divertido porque The Human Centipede está considerada una de las películas más grotescas e impactantes del género y, con todos mis respetos, a mí me pareció bastante irrisoria... Tiene su buena dosis de mala leche, eso no se lo niego, pero la imagen de los tres pobrecitos desgraciados con la cara pegada al culo del de delante y arrastrándose a cuatro patas, a mí me ha hecho no poca gracia.
No voy a añadir más. Bueno, sí (risas): está por salir la segunda parte, The Human Centipede 2, cuyo estreno se prevé hacia octubre-noviembre de 2011, y lo poco que se sabe sobre ella es que ¡el bicho crece! de 3 a 12, concretamente. Me estoy riendo lo más grande con los comentarios de (bastante) gente, que se alarman de lo "tanto más" escalofriante que será, por tener 9 cuerpos más adosados. Señores, enserio: mucho tiene que mejorar el argumento, más allá del monstruito, porque una cadenita de 12 pobrecillos arrastrándose a 4 patas por el jardín... por favor! Le pueden dar la vuelta entera a la casa~

Para hacer boca:


Algo que leer: Blanca como la nieve, roja como la sangre


Título: Blanca como la nieve, roja como la sangre [Bianca come il latte, rossa come il sangue]
Autor: Alessandro d’Avenia
Idioma original: Italiano
País: Italia
Editorial: Debolsillo
Primera Edición: Marzo 2011
Traducción: César Palma
Número de páginas: 249
Género: Romántica, Juvenil, Drama
ISBN: 8423218506911

Sinopsis: “Entre mensajes de móvil, deberes, posters, canciones, partidos, motos, miradas y sonrisas se encuentra Leo, un joven inmerso en el torbellino de la adolescencia.
Leo tiene un enemigo: el color blanco. Porque para Leo todas las emociones tienen un color, y el blanco es la ausencia, la soledad y la pérdida. El azul es el color de la amistad y el de los ojos de Sílvia, su mejor amiga, leal y serena, su apoyo constante. El rojo, en cambio, es el color del amor, de la pasión, de la sangre: rojo es el color de los cabellos de Beatrice.
Cuando Leo descubre que Beatrice está enferma y que su enfermedad está relacionada con ese blanco que tanto le asusta, deberá buscar en su interior, sangrar y renacer para entender que los sueños no tienen fin y que siempre hay que encontrar el coraje para creer en algo más grande.”

Algo que decir:
Blanca como la nieve, roja como la sangre narra la historia de Leo, un quinceañero enamorado y loco (como cualquier otro, vamos) con la peculiaridad de que asocia ciertos colores con sentimientos y con personas en una especie de sinestesia.

“Sinestesia, del griego συν, 'junto, y ασθησία, 'sensación', es, en retórica, estilística y en neurología, la mezcla de varios sentidos. Un sinestésico puede, por ejemplo, oír colores, ver sonidos, y percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada. No es que lo asocie o tenga la sensación de sentirlo: lo siente realmente.
Los sinestésicos perciben con frecuencia correspondencias entre tonos de color, tonos de sonidos e intensidades de los sabores de forma involuntaria. Por ejemplo, tocar una superficie más suave le puede hacer sentir un sabor dulce. Estas experiencias no son meras asociaciones, sino percepciones, y la depresión tiende a aumentar su fuerza. Algunos ven colores cuando escuchan música, otros pueden sentir el sabor de las palabras. Otras personas pueden percibir la letra A de color rojo, la S de color amarillo y la Z de color negro.”[

Leo no es un sinestésico real o, por lo menos, el tipo de sinestesia que se sugiere en la novela no es muy acusada. Él hace asociaciones lógicas, como “Silvia tiene los ojos azules, es tranquila y sosegada y es mi mejor amiga: Silvia es azul, el azul representa la amistad y la tranquilidad”, “Beatrice es pelirroja, estoy enamorado de ella: Beatrice es el rojo, el amor, el fuego, la pasión” y en esa línea. La descripción que da del color blanco es quizá la más interesante, las cosas como son: Leo odia el blanco, le teme al blanco: el blanco significa la nada, se lo traga todo, y eso lo aterroriza.

El caso es, que el chaval está loca y secretamente enamorado de Beatrice, la despampanante pelirroja que se encuentra un curso por encima del suyo en el instituto; sueña con el momento de declarársele y con que ella caerá inevitablemente en sus brazos, ya que no puede concebirlo de otra forma pero Beatrice deja de acudir al instituto repentinamente: está enferma, su enfermedad se llama leucemia (del griego leuco, λευκός: "blanca" y emia, αμα: "sangre").
La enfermedad de Beatrice desatará toda una serie de reacciones en Leo, forzándolo a madurar de golpe y a reordenar su vida.

Blanca como la nieve, roja como la sangre, narra la historia de amor imposible de un joven idealista cuya amada se encuentra al borde de la muerte pero, sobretodo, narra una historia de superación y crecimiento personal.
Es curioso, porque leí críticas muy favorables a éste título y, en cambio, a mí me resultó un poco decepcionante... la historia no está mal, tiene buen fondo y es emotiva que, para una trama de éste estilo, me parece que es lo más importante; pero los personajes son todos un poquito garrulos (y sí, lo digo así, porque suena fe opero oigan: novela juvenil, personajes adolescentes... no tiene porqué significar que sean más cortos que las mangas de un chaleco, vale?). El final es absolutamente previsible además, se veía venir casi desde el principio, no entiendo por qué la gente dice por ahí que le sorprendió tanto: no hay sorpresa alguna!
Y ahí mi opinión: se deja leer, pero si no lo tuviera ya comprado, no es la clase de título por el que volvería a pagar. Me parece realmente adecuado en el marco juvenil, hasta ahí sí, de modo que es un libro que cumple su función, pero para mayores de 15, 16? me parece muy justito la verdad.

Para hacer boca (fragmento extraído de una página al azar):
La vibración de algo contra mi pierna me saca del sopor; doy un respingo pensando que es un asqueroso saltamontes caído de una rama. Pero en realidad no es más que mi móvil. Mensaje: “La profe de inglés ha dicho que esta mañana te ha visto pero no estás en clase. Creo que estás jodido. Giak.” Y el cabrón disfruta. ¡Estoy realmente jodido! ¿Por qué te pondrán tantas trabas para ser feliz y justo cuando estás intentando dar una respuesta definitiva a ese problema aparece alguien y te lo impide? ¿Por qué Silvia no me ha enviado un mensaje? De todos modos, la cosa ya no tiene remedio.
Escribo un SMS a nadie, solo para aclararme las ideas. Escribo millones de SMS que no envío, me ayudan a reflexionar. “Estoy en mi sueño.” Una vez más, el T9 me sorprende. La palabra que aparece en la pantalla antes de la inserción de la “o” de sogno [sueño] es rogo [hoguera]. “Estoy en mi hoguera.”