Título: Per 13
Raons [Thirteen Reasons Why]
Autor: Jay Asher
Idioma
original: Inglés
País: EUA
Editorial: Estrella Polar. Colección la Via Làctia
Primera
Edición: 2007
Traducción: Josefina Caball, 2009
Número de
páginas: 271
Género: Novela, Drama, Juvenil
ISBN: 9788492790845
Sinopsis:
"Clay
Jensen es un adolescente como cualquier otro que encuentra, al llegar un día a
casa, una misteriosa caja sin remitente dirigida a su nombre. El contenido no
es otro que una serie de cintas de grabación, siete en total, que parece
haberle enviado Hannah Baker, una compañera de clase que no hace ni dos semanas
que se ha suicidado. A pesar del desconcierto que supone volver a oír la voz de
Hannah, Clay descubrirá que son trece las razones por las cuales ha decidido
quitarse la vida, trece caras de casete y que, por ello, son trece las personas
que deben escucharlas. Él es una de ellas. “Es un juego muy sencillo: primero
las escuchas, luego las pasas”, dice Hannah en la primera cara. ¿Qué razones
son esas y qué tiene que ver él con ellas? A lo largo del día, Clay se irá
obsesionando con las grabaciones y hasta recorrerá la ciudad con un mapa que
ella misma le ha proporcionado. Pero he aquí un viaje distinto del esperado, un
viaje donde el punto de llegada es precisamente el mismo que el de partida y en
el que sólo hacen falta unos nuevos ojos para verlo todo como por vez primera.
Hannah irá desgranando poco a poco su vida en un intento de poner de manifiesto
las consecuencias, grandes o pequeñas, de las cosas que hacemos y dejamos de
hacer, y que cambian el mundo a veces sin darnos cuenta."
Algo que decir:
"No se
puede detener el presente, ni tampoco rebobinar el pasado. El único modo de
llegar a conocer el secreto… es darle al PLAY."
Ganador del
California Book Award; Best Books for Young Adults; Quick Picks for Reluctant
Young Adults Readers; uno de los diez mejores libros para jóvenes según las
librerías Barnes & Noble… traducido a más de diez idiomas y publicado en
República Checa, Francia, Alemania, Indonesia, Italia, Japón, Corea, Polonia,
Reino Unido, Vietnam… Thirteen
Reasons Why es el debut literario de Jay Asher, firmemente situado ya en la
lista de los más vendidos de EUA.
Alguien tramita
el envío de un paquete en la oficina de correos; no sabemos de quién se trata,
ni qué es lo que contiene la caja de zapatos precintada que entrega a la mujer
detrás del mostrador; lo único que sabemos es que no contiene nada agradable y
que su próxima destinataria, Jenny, forma parte (como lo hace el remitente) de
la lista expelida por Hannah Baker...
Así es como
empieza Thirteen Reasons Why, y ese inofensivo paquete será el hilo
conductor de una trama inquietante, a través de la cual se descubran las
razones que llevaron a la joven Hannah a suicidarse.
La historia
está narrada de forma muy gráfica: el texto sencillo pertenece a los
pensamientos de Clay, el chico que manda el paquete con las cintas durante el
primer capítulo y que, retrospectivamente, las escucha durante el resto de la
novela; el texto en cursiva corresponde a la voz en off de Hannah contando su
historia, y los altos en su discurso vienen señalados no sólo por las intervenciones
del protagonista sino por los símbolos de play, stop, pause o rebobinado del
reproductor de casete con que figura que él está escuchando las cintas.
A lo largo de
la novela, mientras Clay descubre sus propias reacciones ante la versión de los
hechos que Hannah nos da a conocer, irá recorriendo la ciudad para aproximarse
a su historia y coincidirá con otros personajes que se ven citados en ella,
algunos conocedores de su relación, otros todavía en la inopia. No será igual
para todos ellos el impacto que el relato de Hannah les cause: algunos se
aferrarán a la idea de que su intervención fue insignificante, otros se
encerrarán en la autocompasión, otros se sentirán ofendidos por su ausente
acusadora... pero nadie quedará indiferente.
Thirteen Reasons
Why representa una reflexión sobre las razones que pudieran
empujar a una adolescente al suicidio, así como sobre la reacción que un hecho
así pudiera causar sobre los implicados: satisfacción, remordimiento, culpa...?
La trama entra en una vorágine autodestructiva al ahondar en los sentimientos
de una adolescente que, hastiada por una sociedad hipócrita que se empeña en
ver en ella lo que desea ver e incapaz de sacar más fuerzas de flaqueza para
enfrentarse a ellos decide tirar la toalla; en el último momento Hannah busca
alguien que la salve de si misma pero, cuando lo encuentra, decide que en
realidad no quiere seguir intentándolo: a mi entender, es Hannah quien decide
terminar consigo misma, no emprender ningún tipo de acción en su favor y se
deja caer en lugar de luchar por seguir hacia delante. Ella no muere porque los
demás la empujen a hacerlo, sino que se ve arrastrada por todas las cosas que debió
haber hecho y no hizo, que no enfrentó.
El autor da un
mensaje positivista para cerrar su relato: continuar adelante, para superar la
adversidad y a uno mismo. Hannah decidió no hacerlo pero, podrán sus compañeros
tras escuchar su historia continuar siendo como solían, seguir como si nada? Se
adivina un cambio en la actitud del protagonista, de Clay; puede que lo que
Hannah pretendía con su juego no fuera dar a conocer su historia, sino
conseguir que ésta no volviera a repetirse más.
Me parece uno
de esos libros muy recomendables, además de esos pocos que SÍ debieran formar
parte de las listas de lecturas obligatorias de ESO y Bachiller.
Para hacer boca (fragmento extraído de una página al azar):
“…
Llevo el
paquete a la cocina y lo dejo sobre la encimera. Abro el cajón de los trastos y
saco unas tijeras. Después paso uno de los filos de la tijera alrededor del
paquete y levanto la parte superior. Dentro de la caja de zapatos hay un tubo
enrollado envuelto en plástico de burbujitas. Lo desenvuelvo y descubro siete
cintas de casete sueltas.
Cada cinta
tiene un número escrito en azul oscuro sobre la esquina derecha, seguramente
con esmalte de uñas. Cada cara tiene un número. Uno y dos en la primera cinta,
tres y cuatro en la siguiente, cinco y seis, y así continúa. La última cinta
tiene un trece en una cara, pero no hay nada escrito en la otra.
..."
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