Algo que Leer: El Corredor del Laberinto

dissabte, 6 de juny del 2015

Título: El Corredor del Laberinto [The Maze Runner]
Autor: James Dashner
Idioma original: Inglés
País: EUA
Editorial: Nocturna Ediciones
Primera Edición: 2009
Traducción: Noemí Risco Mateo
Número de páginas: 524 pág
Género: Juvenil, Thriller, Ciencia-ficción
ISBN: 9788493801311

Sinopsis:
"Bienvenido al Claro. Verás que una vez a la semana, siempre el mismo día y a la misma hora, nos llegan víveres. Una vez al mes, siempre el mismo día y a la misma hora, aparece un nuevo chico, como tú. Siempre un chico. Como ves, éste lugar está cercado por muros de piedra... Has de saber que éstos muros se abren por la mañana y se cierran por la noche, siempre a la hora exacta. Al otro lado se encuentra el laberinto. De noche, las puertas se cierran... y, si quieres sobrevivir, no debes estar allí para entonces.

Todo sigue un orden... y, sin embargo, el día siguiente suena una alarga. Significa que ha llegado alguien más. Para asombro de todos, es una chica.

Su llegada vendrá acompañada de un mensaje que cambiará las reglas del juego."

Algo que decir:
Thomas recobra la conciencia en la completa oscuridad de la Caja; confundido y asustado, con la mente en blanco: su nombre es lo único que puede leer con claridad en la hoja en blanco a que parece haberse reducido su cerebro. Cuando la Caja deja de moverse, una trampilla se abre sobre su cabeza y un puñado de chicos tiran de él sin más preámbulos para darle lo más parecido a una bienvenida a lo que, parece, será su vida a partir de ahora: ha llegado al Claro, un lugar cercado por paredes de piedra que se cierran cada noche, y se abren a la mañana siguiente flanqueando el paso al que será su mayor horror; el laberinto.
Sus nuevos compañeros pronto le dejarán claro que deberá aprender deprisa, demostrar ser de utilidad si pretende salir adelante; la vida en el Claro es dura y todos tienen una función en la comunidad, de modo que Thomas no tiene tiempo para perderlo estando asustado. Las normas son claras, todo parece tener un orden... y sin embargo, ese orden empezará a tambalearse cuando, al día siguiente de su llegada, la alarma que anuncia que alguien más acaba de llegar al Claro a través de la Caja vuelve a sonar.
Sorprendidos, sacan una chica -la primera clariana!- del montacargas, la cual les entrega un mensaje funesto justo antes de caer inconsciente: "Todo va a cambiar". Nadie comprende qué puede significar eso, pero no parece vaticinar nada bueno... ¿cómo afectarán esos cambios a la vida en el Claro?. Por si eso fuera poco, Thomas siente una extraña conexión con la chica, algo importante que parece querer recordar... pero ¿de qué se trata?

Thomas no tendrá mucho más tiempo para preocuparse de la recién llegada antes de verse empujado al aterrador interior del laberinto y, pronto, la oscura profecía que la chica trajo consigo parecerá tomar sentido: el Claro ya no es un lugar seguro para ellos, y su única opción para sobrevivir es solucionar el enigma que se esconde entre las paredes del laberinto.
Los clarianos emprenderán una desesperada carrera contra reloj para tratar de salvar sus vidas mientras el mundo organizado que creían conocer se viene abajo.

James Dashner escribió el primer libro de El corredor del laberinto inspirándose en El señor de las moscas (William Golding, 1954), El resplandor (Stephen King, 1977) y El juego de Ender (Orson Scott Card, 1985). En lo personal, la similitud más grande la encuentro respecto a El señor de las moscas, básicamente por la relación que tienen entre sí los clarianos y la forma en que se organizan con tal de sobrevivir: cómo comprenden que necesitan relegar en un líder y adoptar distintos roles cada uno, creando así algo parecido a una comunidad; luego hay otras similitudes pero no puedo decir mucho más sin cae en e espóiler.
Sin embargo, El corredor del laberinto tiene de por sí mismo particularidades suficientes para no necesitar demasiada comparación con otras obras. Una de sus características más marcadas es la de generar incógnitas de forma continua, lo cual funciona bien puesto que acompaña a la sensación de tensión que la historia necesita para funcionar. A medida que avanza la trama se acentúa la sensación de correr contra reloj y la acción se desdibuja en los bordes, como si se generara una especie de visión en túnel a medida que avanza muy rápidamente hacia el final sin prestar mucha atención al resto. A este efecto creo que ésta sensación de velocidad ayuda a entrar en sintonía con los personajes pero, por otro lado, insensibiliza un poco al lector con lo cual se pierde algo de efecto ante los puntos supuestamente álgidos de la lectura... no lo sé, sinceramente: o quizás yo soy por naturaleza un poco insensible, pero si ya habéis leído la novela sin duda sabéis de qué estoy hablando.

Para hacer boca (fragmento extraído de una página al azar):
"…
De pronto, antes de que Newt pudiera acabar, la chica se sentó. Mientras respiraba hondo, sus ojos se abrieron de golpe y parpadeó, mirando a la multitud que la rodeaba. Alby soltó un chillido y se cayó hacia atrás. Newt dio un grito ahogado y un salto para apartarse de ella a trompicones. Thomas no se movió; siguió con la vista clavada en la joven, paralizado por el miedo.
Sus brillantes ojos azules se movían arriba y abajo a la vez que respiraba hondo. Los rosados labios le temblaban mientras no paraba de farfullar algo indescifrable. Entonces, dijo una frase con una voz apagada e intranquila, pero clara:
-Todo va a cambiar.
Thomas permaneció mirando fijamente, asombrado, mientras los ojos de la joven se ponían en blanco y se caía de espaldas al suelo. Su puño derecho salió disparado al aire, rígido, después de que ella se quedara en silencio, apuntando hacia el cielo. Tenía asido un trozo de papel enrollado.
Thomas intentó tragar saliva, pero tenía la boca demasiado seca. Newt se acercó corriendo y le separó los dedos para coger el papel. Con las manos temblorosas, lo desplegó; luego se dejó caer de rodillas y estiró la nota sobre el suelo. Thomas se colocó a su lado para echar un vistazo.
Garabateadas en el papel, con letras negras y gruesas, había siete palabras:

Ella es la última.
No llegarán más.
..."

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