Año: 2009
País: Canadá
Idioma: Francés
Género: Drama,
Biografía
Duración: 96 minutos
Director: Xavier
Dolan-Tadros
Escrita por: Xavier
Dolan-Tadros
Productor: Xavier Dolan-Tadors, Carole Mondello, Daniel Morin
Reparto: Xavier
Dolan-Tadors, Anne Dorval, François Arnaud, Suzanne Clément, Patricia Tulasne,
Niels Schneider, Monique Spaziani, Bienca Gervais, Benoît Gouin
Música: Nicholas Savard-L'Herbier
Fotografía: Nicolas
Canniccioni, Stéphanie Anne Weber Biron
Sinopsis: “Un adolescente desarrolla poco a poco un odio visceral
hacia una madre retrógrada y culpabilizante. Todo en ella le irrita, desde su
comportamiento vulgar hasta su vestuario de mal gusto. Pero por mucho que el
muchacho le inunde de reproches, ella finge indiferencia o se abandona al juego
de la reprimenda, el tiempo de estallar y pronto olvidar. Aclamadísimo debut en
la dirección de Xavier Dolan-Tadros, que con sólo diecinueve años dirige,
escribe, produce e interpreta el film. Seleccionada por Canadá como candidata
al Oscar 2010 en la categoría de Película de habla no inglesa.”
Algo que decir: Primera
película de Xavier Dolan-Tadros, que se estrena al mismo tiempo como escritor,
director y productor, con un par de cojones. Escrita, o eso se dice por ahí,
cuando éste tenía 16 años, la realización se “postergó” hasta sus 19: edad
igualmente bastante temprana para estrenarse en términos de dirección, a mi
parecer; el chaval entra por la puerta grande, con un éxito relativo y una
carta de presentación bastante decente, si bien no deja de ser el batiburrillo
que cabe esperar de un director tan joven e inexperto: sus influencias, muy
notorias (Van Sant, Wong Kar-Wai, la Nouvelle Vague..), pasan de ser meras referencias a pequeños
plagios en toda regla: los recursos de uno y de otro se entremezclan de forma a
menudo poco coherente generando cierto cacao grumoso y difícil de tragar.
Argumentalmente,
J’ai tué me mère cuenta la historia
(en parte, dícese también, autobiográfica) de un chaval obsesionado con que su
madre lo odia. Y es así: trata de la clásica obsesión adolescente de “yo contra
el mundo” o, dicho de otra forma “yo contra mi madre”. Hubert, nuestro
protagonista, es un chico no poco insoportable: inmaduro, pijolo, egoísta,
victimista, y con una adorable inclinación al griterío gratuito; enfrentado a
una madre algo chapada a la antigua y bueno, sí: peculiar, pero ¿qué madre no
lo es?
A mí me da la
impresión de que Dolan pretendía que uno se pusiera en el lugar de Hubert
viendo la película, pero consigue un efecto bastante adverso: le coges incluso
más rabia a él que a su madre, porque ella resulta irritante, pero es que lo
suyo es insufrible…
A mí ésta
película me generó sentimientos encontrados. Por un lado me gustó porque me
resultó amena de ver y, bueno: tira de multitud de recursos ya gastados,
recopilados de aquí y de allá, que no terminan de encajar bien juntos pero que
considerados por separado resultan bastante atractivos. Por contra me disgustó
el no poder identificarme con ninguno de los personajes: todos resultan
demasiado forzados, están en un extremo u en el otro, y no encuentran un
término medio; y en fin, también lo que ya comentaba más arriba: quiere mezclar
tantas cosas, todas a la vez, que al final no hay por dónde cogerlo… es como pedir
en un restaurante y, como no te decides entre dos (en su caso, alguno más)
platos, pedir que te los pasen juntos por la Thermomix y a ver qué sale.
En definitiva.
Me ha parecido interesante, siendo la primera de la que podría en un futuro no
muy lejano devenir en una filmografía con títulos a tener en cuenta: como
primer intento es destacable, reúne más contras que pros pero igualmente merece
la pena verla. Próximamente le echaré un ojo a su segunda producción, Les Amours Imaginaires, estrenada en 2010 y
que por lo que veo también interpreta, dirige… y todo él mismo: ya os contaré qué tal. Por ahora me
parece que estamos ante un embrioncito de director, algo pequeño y un poco
ambiguo que si se pule como debiera podrá llegar bastante lejos.
Para hacer boca:
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